El trabajo por ámbitos de conocimiento consiste en sustituir las asignaturas, tratadas e impartidas tradicionalmente de una manera individual y sin guardar ningún tipo de relación con el resto de la docencia, por los denominados ámbitos de conocimiento. Dicho de otro modo, fusionar 2, 3 ó 4 asignaturas en una, siempre y cuando guarden una relación lógica entre sí.
El trabajo por ámbitos une distintas asignaturas que comparten nexos en común: Matemáticas y Biología, Castellano con Euskera, Catalán o Gallego con Geografía… Las posibilidades son muy amplias y variadas.
Esta unificación de antiguas materias que eran tratadas por separado abre las puertas a un concepto como puede ser la codocencia, es decir, que para un ámbito puedan impartir la clase un profesor de Literatura y otro de Inglés, por poner un ejemplo.
A pesar de ser un concepto disruptivo y todavía poco implementado en las aulas españolas, existe un marco legal desde 2006, contemplado por la LOE (y que sigue vigente con la LOMCE 2020) y por el que se puede impartir una educación por ámbitos desde 1º de la ESO hasta 3º.
Actualmente, dos comunidades españolas están siendo pioneras en la implantación de este tipo de metodología educativa: Aragón y Comunidad Valenciana.
Los beneficios que aporta el trabajo por ámbitos, según los máximos responsables encargados de liderar este proceso de cambio, son:
No obstante, y como toda metodología innovadora, también hay corrientes de pensamiento críticas al respecto.
La mayoría de suspicacias y frenos respecto a su introducción viene motivada por la falta de estudios e investigaciones en las que se haya demostrado su eficacia. También existen dudas sobre la correlación entre los déficits tradicionales del sistema educativo y que estos sean causados por la impartición mediante asignaturas (creen que el hecho de introducir el trabajo por ámbitos no tiene por qué resolver un déficit educativo tradicional)
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