Educación emocional: ¿qué es?
Un concepto cada vez más en boca de la comunidad educativa es el de la educación emocional.
La educación más convencional no le ha otorgado un gran peso en el proceso educativo, privando así a los alumnos de una gran cantidad de beneficios aportados gracias a la educación emocional.
Esta área no se circunscribe únicamente a la educación impartida en el centro docente: los padres y tutores pueden, y deben, ofrecerla en todo el ciclo vital de sus hijos.
¿Qué es la educación emocional?
Hemos citado el concepto de educación emocional, pero, realmente, ¿En qué consiste?
La educación emocional es el proceso pedagógico que permite a quien lo recibe obtener las competencias emocionales necesarias para ser poseedor de un desarrollo y una autonomía emocional óptima.
Entre estas competencias podemos encontrar la conciencia, regulación emocional, autonomía o las habilidades sociales.
Los sentimientos no son un concepto que se mantienen inalterable a lo largo de nuestras vidas, ni tampoco la gestión que hemos de realizar con ellos.
Por ejemplo, un comportamiento en un niño pequeño puede resulta divertido, ingenioso o campechano, pero, por otro lado, ese mismo comportamiento en un adolescente puede resultar inoportuno o maleducado.
Debido a esta evolución que sufrimos de manera inevitable todas las personas, tanto por el bien de los padres como el de los niños, el aprender a gestionar sus propias emociones, y a que sepan entender y empatizar con las emociones ajenas, se ha convertido en una competencia que no puede ser obviada en el proceso educativo.
Diferencia entre educación emocional e inteligencia emocional
Inteligencia emocional, inteligencia socioemocional, educación emocional, competencias emocionales… Son conceptos relacionados y, frecuentemente, confundidos entre sí. Sin embargo, existen matices entre la educación emocional y la inteligencia emocional.
Como hemos indicado en el anterior apartado, la educación emocional es todo el proceso educativo para poder ser poseedor de competencias sociales y emocionales.
En cuanto a la inteligencia emocional, es la capacidad para conocer, reconocer las emociones propias y además, empatizar con las ajenas.
Por lo tanto, la diferencia entre ambos conceptos estriba en que para ser poseedores de un alto grado de inteligencia emocional es necesario haber recibido una correcta educación emocional.
El número de centros y sistemas educativos que incorporan en su contenido la educación emocional como una pata más para poder así desarrollar la inteligencia emocional de los alumnos es cada vez mayor.
Educación emocional: actividades
A continuación, vamos a indicar una serie de actividades para poder potenciar y desarrollar la educación emocional de alumnos de todas las edades.
- Escritura: ejercicios de caligrafía infantil, redacción de poemas, llevar un diario… Son actividades que permiten el desarrollo y expresión de las emociones a través de esta forma de representación del lenguaje verbal.
- Dibujo: el dibujo, la pintura o los cómics son maneras gráficas de poder enseñar a los más pequeños a canalizar y expresar sus emociones a través del arte. Si quieres saber cómo, consulta nuestro Curso en Proyectos Innovadores de Arte.
- Lectura: la lectura de cuentos o historias permite a los niños, de una manera divertida y amena, descubrir un abanico ilimitado de emociones.
- Música: las actividades relacionadas o que utilizan música pueden ser un valioso instrumento para provocar sensaciones positivas desde edades tempranas, aunque no se disponga de una cultura o conocimiento musical.
Formación continua
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