La educación es uno de los pilares de la sociedad, y, por lo tanto, es necesario que todo el sistema educativo, con los docentes a la cabeza, sepa adaptar sus conocimientos respecto a los tiempos que corren.
Uno de los objetivos que debe marcarse la educación para poder mejorar la calidad que ofrece a la sociedad es establecer una serie de políticas y estrategias encaminadas a poder mejorar el perfil competencial de todos sus maestros y profesores.
Si por algo destacan todos los países con buenos resultados en el informe PISA, por poner un ejemplo, es por el esfuerzo e inversión que han realizado a la hora de formar, motivar y empoderar a todos sus estudiantes.
A lo largo de este artículo vamos a detallar el perfil o rol que debe ejercer un docente en la actualidad y los retos a los que se enfrenta.
Una de las frases más repetidas en el mundo empresarial es que una gran parte de la demanda laboral en el futuro será de puestos que no existen en la actualidad. Este axioma puede ser aplicado perfectamente al ámbito educativo. ¿Qué profesor podía pensar hace 30 años que podría dar una clase en directo desde su casa a una clase entera de alumnos que estuviese cada uno en la suya?
El modelo tradicional de educación, en el cual el maestro da su lección, tiene todo el control y los estudiantes se limitan simplemente a escuchar, es un modelo caduco. Esto se debe a que, dada la nula o prácticamente inexistente participación del alumno, no existe la posibilidad de desarrollar todo su potencial. Para poder formar de la mejor manera a las próximas generaciones, existen multitud de factores a tener en cuenta, pero existen dos elementos que destacan especialmente.
Uno de ellos es convertir al alumno en el centro de su aprendizaje. ¿Por qué involucrar a los estudiantes puede tener un efecto positivo? Todas las personas, sean niños, adultos o ancianos, ponen un mayor interés y esfuerzo cuando ven que sus deseos, opiniones e inquietudes son tenidas en cuenta a la hora de realizar cualquier actividad.
Esta inclusión de los estudiantes en su propio proceso educativo permite, a su vez, que puedan desarrollar un pensamiento crítico y se despierte en ellos un interés por mejorar y aceptar los desafíos que supone la educación. No obstante, aunque se ponga el foco en el alumno, el papel del maestro en la actualidad no debe dejar de ser el de guía y de formador, pero ha de hacerlo con un enfoque distinto, como se propone por ejemplo con el proceso de enseñanza y aprendizaje.
El otro elemento a tener en cuenta es la tecnología. Como toda herramienta, tiene sus ventajas y desventajas, pero está claro que es un elemento que debe ser integrado a la hora de poder ofrecer la máxima calidad educativa a los alumnos. Por ello, la adquisición de las competencias digitales como el Curso TIC para Docentes se convierte en una necesidad vital en la actualidad.
Digitalización: En un entorno cada vez mas interconectado, la adquisición de competencias digitales docentes por parte de maestros y profesores se ha convertido en una obligación para poder ofertar una enseñanza de calidad y adaptada a nuestro tiempo.
Diversidad: Las sociedades de manera progresiva van integrando nuevas costumbres, razas, culturas, identidades… y la educación debe estar capacitada para saber cómo gestionar de manera eficaz esta nueva realidad.
Inclusión: A pesar de que la igualdad de oportunidades, independientemente de las capacidades de los alumnos, ha sido siempre un objetivo de la educación, no por ello se debe prestar una menor atención a la obligación de que todos los alumnos tengan el derecho de poder obtener una educación de calidad.
Bidireccionalidad: El profesor o maestro que imparte clase sin interacción con sus alumnos es, en la actualidad, una metodología obsoleta. La centralización, participación y empoderamiento del alumno en su propio proceso de aprendizaje es uno de los objetivos a lograr en el ámbito educativo.