Tipos de aprendizaje: ¿cuáles son y cómo trabajarlos?
En este post, exploraremos 13 tipos de aprendizaje que van más allá de la enseñanza tradicional y que se sumergen en experiencias prácticas, observacionales y mucho más.
Con el paso de los años, son muchos los investigadores y estudiosos que han tratado de descifrar las muchas y diferentes maneras que tiene el ser humano de adquirir conocimientos, retener lo que ha aprendido y trasladar todo esto a su vida cotidiana. En definitiva, aprender.
Hoy en día, la ciencia cataloga que hay 13 tipos de aprendizaje. Además de verlos con más detalle en nuestro Curso de Estrategias de Aprendizaje, en este artículo te contamos cuáles son, en qué consiste cada uno y cómo puedes trabajarlos en el aula con tus estudiantes.
¿Qué es aprender?
Aprender es un proceso que implica la adquisición de conocimientos y habilidades nuevos: o bien, la modificación o mejora de aquellos que ya se tienen a través de la educación formal, la experiencia práctica, la investigación independiente y muchas otras formas.
El aprendizaje es una parte fundamental para el desarrollo personal de un individuo y para su adaptación a un mundo en constante cambio. Es un proceso continuo, es decir, que ocurre a lo largo de toda la vida.
Los 13 tipos de aprendizaje, ¿cuáles son?
Como hemos comentado antes, existen varios tipos de aprendizaje, cada uno con su propias características y aplicaciones. Algunos de los más comunes son:
Aprendizaje asociativo
Este tipo de aprendizaje se da cuando asociamos determinados estímulos externos o sucesos con una idea o un comportamiento. Esta forma de aprender se caracteriza por ser de las más ricas y profunda, además de conseguir los mejores resultados.
Aprendizaje no asociativo
Se produce cuando nuestra respuesta cambia ante un estímulo que se repite en el tiempo o es continuo, ya sea porque acabamos acostumbrándonos a él o porque terminamos por interiorizarlo. Nuestra sensibilidad varía.
Aprendizaje cooperativo
En el ámbito educativo, este hace referencia al aprendizaje en grupo. Es decir, cuando un estudiante no aprende solo, sino que lo hace junto al resto de sus compañeros. Para ello, el docente se encarga de hacer los equipos de trabajo, asignar los roles y las funciones de cada alumno, y los dirige.
Aprendizaje colaborativo
Como ya vimos en una publicación anterior, y aunque es muy frecuente confundir ambos tipos de aprendizaje, existen diferencias entre el aprendizaje cooperativo y colaborativo.
Este segundo se diferencia del otro en cuanto al modo de constituir y funcionar los grupos de trabajo. En el aprendizaje colaborativo el docente propone el tema o plantea un problema y los estudiantes deciden cómo abordar el proyecto.
Aprendizaje emocional
Con él se pretende que aprendamos a conocer nuestras emociones y gestionarlas de una forma eficiente. El aprendizaje emocional no solo contribuye a nuestro bienestar y desarrollo personal, sino que también favorece que nuestras relaciones interpersonales, aquellas que entablamos con quien tenemos a nuestro alrededor, sean sanas.
Aprendizaje experiencial
Consiste en aprender a partir de las de las situaciones que vivimos o, incluso, de los errores que cometemos. Este tipo de aprendizaje puede diferir mucho según la persona, ya que difícilmente todos reaccionamos y actuamos igual ante una misma situación. Precisa de un cierto trabajo de autorreflexión.
Aprendizaje implícito
Se da cuando aprendemos algo, generalmente, sin una intencionalidad. Sucede sin darnos cuenta y casi de manera automática como, por ejemplo, las acciones de andar, hablar o movernos.
Aprendizaje explícito
Este sí que tiene una intención y, también, existe una conciencia, somos conocedores de que estamos aprendiendo. Nos permite adquirir, principalmente, información nueva y destacada sobre personas, lugares y objetos. Este tipo de aprendizaje requiere ciertos niveles de atención y ejercicio por parte de nuestro cerebro.
Aprendizaje memorístico
Hasta hace bien poco, era el tipo de aprendizaje por excelencia en el ámbito educativo. Se trataba de fijar en la memoria y recordar conceptos casi de manera autómata, muchas veces sin llegar a entenderlos, ni llevar a cabo reflexión alguna.
Aprendizaje observacional
Este tipo de aprendizaje requiere la participación de, como mínimo, dos personas: por un lado, una más experta que realiza una acción o tarea dando ejemplo (modelo) y, por el otro lado, la que observa e imita o reproduce la actuación de la persona modelo (aprendiz). Se trata de una forma de aprender basada en lo visual.
Aprendizaje por descubrimiento
Es uno de los tipos de aprendizajes más activo que hay. Además de aprender participando e interactuando con el docente, el estudiante va más allá, no se conforma solo con lo que le han enseñado. Busca información por su cuenta para resolver las dudas que le han podido surgir y los datos que encuentra los organiza en su esquema cognitivo y los relaciona con conocimientos que ha adquirido antes.
Aprendizaje receptivo
Podría considerarse como otro de los tipos de aprendizaje pasivos. El estudiante se limita a recibir la información, ya sea vía oral, escrita o audiovisual, e interiorizar ese contenido para poder reproducirlo a posteriori.
Aprendizaje significativo
De todos los tipos de aprendizaje, este es uno de los más efectivos. El aprendizaje significativo consiste en recopilar, seleccionar y organizar la información que se nos está transmitiendo para, a continuación, establecer una relación entre estos conocimientos adquiridos de nuevas y aquellos con los que ya se contaba previamente.
¿Cómo trabajar estos tipos de aprendizaje en el aula?
Trabajar con diferentes tipos de aprendizaje es importante, especialmente, cuando se quiere brindar una educación eficaz e igualitaria para personas con diversos estilos de aprendizaje. Por esta razón, hemos recopilado algunas estrategias para abordarlos en clase:
- Utilizar recursos multimedia como vídeos, gráficos, animaciones y presentaciones visuales.
- Fomentar actividades y proyectos prácticos como debates, juegos de rol y proyectos de investigación.
- Organizar grupos de trabajo y actividades de colaboración para que los estudiantes aprendan los unos de los otros y desarrollen habilidades sociales.
- Dar un tiempo de reflexión a los alumnos para que asimilen la información y tengan una comprensión profunda.
- Usar una variedad de métodos de evaluación como exámenes escritos, presentaciones orales, proyectos creativos y portafolios.
- Ayudar a cada estudiante a identificar cuáles son sus fortalezas y puntos de mejora mediante un feedback individualizado.
- Proporcionar un apoyo adicional a aquellos niños y jóvenes con dificultades de aprendizaje o necesidades educativas especiales a través de tutorías o recursos adicionales.
Si quieres aprender más sobre tipos de aprendizaje y técnicas de estudio, ya sea para tu uso personal o porque te gustaría aplicar todo esto en tu aula con tus estudiantes, en la Escuela Universitaria de Innovación Educativa contamos con numerosos cursos especializados en metodologías activas en educación que seguro te serán de gran ayuda.