En la actualidad, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación proporcionan a los más pequeños prácticamente oportunidades infinitas para su aprendizaje, comunicación y diversión. Sin embargo, nunca está de más andarse con ojo. Es clave asegurarse de que niños y adolescentes hacen un uso responsable de estas herramientas para que no se vean expuestos a los peligros de Internet.
A continuación, te contamos algunas de los riesgos más comunes con los que un menor puede toparse a la hora de navegar o pasar tiempo en la Red, así como algunos consejos para anticiparse o defenderse de ellos.
Algunas de las amenazas online que afectan, en mayor medida, a niños y adolescentes son:
Ciberacoso (ciberbullying): es el equivalente al acoso escolar, pero trasladado al mundo virtual. Lo fácil que tienen niños y adolescentes acceder actualmente a un dispositivo con conexión a Internet y el hecho de que la Red les deje efectuar este tipo de agresiones desde la distancia y en cualquier momento, además de poder ocultarse tras el anonimato, han contribuido a que estas acciones se produzcan con mayor frecuencia.
Sexting: consiste en el envío voluntario de mensajes de texto, fotografías, vídeos o audios con contenido sexual propio a través de un dispositivo electrónico. Entre los riesgos que implica esta práctica, se encuentran que dicho material sea difundido sin permiso por la Red a otras personas, que se utilice para chantaje o que la persona que lo haya enviado acabe convirtiéndose en víctima de grooming.
Grooming: se trata de una práctica online mediante la cual un adulto busca ganarse la confianza de un niño o adolescente para que le haga llegar material gráfico suyo de carácter sexual con la intención de acosarle o, incluso, explotar o abusar sexualmente de él.
Revelación de información privada: ya sea voluntariamente hablando a través de chats y redes sociales; o bien, involuntariamente participando en sorteos o promociones que realmente son una estafa, en ocasiones, los menores acaban proporcionando datos personales (documento de identidad, ubicación, teléfono móvil, etc.) sin ser conscientes de que están poniendo en peligro su identidad y privacidad.
Realización de compras online: hoy en día, comprar online es algo que cualquiera puede hacer, basta con tener una app instalada en nuestro dispositivo o buscar en Internet y, en tan solo unos clics, el producto se añade al carrito y el pago está hecho. Es, por esta razón, que conviene tomar las medidas de seguridad apropiadas para evitar que este tipo de cosas ocurran y no encontrarnos sorpresas en la cuenta bancaria.
Acceso a contenido inapropiado: la Red alberga información de todo tipo, incluso de temáticas más controvertidas como, por ejemplo, sexo, violencia, drogas, armas o peligrosos retos virales. En definitiva, nada idónea para un menor. Y no solo es que esté a su alcance, sino que muchas veces se le muestra en forma de banners, anuncios y enlaces publicitarios, mientras busca información para un trabajo de clase, juega o simplemente está viendo un vídeo de YouTube.
A continuación, hemos recopilado algunas acciones y recomendaciones que, llevadas a cabo de manera eficaz, nos ayudarán a prevenir que nuestros estudiantes u otras personas de nuestro entorno de trabajo se vean expuestos a amenazas online.
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