Entrevista a David Calle
Un problema se convirtió en una verdadera oportunidad para encontrar su vocación.
Con esta frase se podría resumir el periplo laboral de David Calle y, a lo largo de esta charla, pudimos descubrir cómo, en muchas ocasiones, dentro del propio problema está la solución.
David era ingeniero de telecomunicaciones. Empezó a trabajar en diversas multinacionales y consultoras hasta que, de manera imprevista, se vio en el paro.
En ese momento, para poder seguir manteniendo a su familia, recurrió como solución temporal a realizar el trabajo que desempeñó mientras estudiaba la carrera: dar clases particulares en una academia.
Esta época la recordaba con especial cariño, ya que él mismo destacaba que pasó de ser un alumno que tuvo que ir a la academia por suspender Matemáticas de pequeño a ser profesor de la misma academia durante la carrera para finalmente terminar siendo ingeniero de Telecomunicaciones.
Tras dos años dando clase en lo que parecía un “parche temporal”, David pasó a montar su propia academia a las afueras de Madrid, en la cual lleva, hasta el día de hoy, 20 años impartiendo clase.
¿Qué es lo que más le gusta de trabajar en una academia?
De su etapa de profesor cuando estudiaba, la parte de motivar a los alumnos es lo que más le atraía y le llenaba.
En cuanto a su etapa de profesor con su propia academia, David destaca dos aspectos principalmente.
Uno era el tener la posibilidad de poder ver la trayectoria de muchos alumnos y no limitarse a tener un trato de meses o de un curso académico. En muchas ocasiones, David recibe a niños en primero de la ESO y los tiene hasta que llegan a la universidad.
Otra es la cercanía: en la actualidad, muchas aulas cuentan con 30, 35, 40 alumnos, y David en sus clases está con grupos de no más de 8 personas, lo que le permite conocer no solo sus problemas académicos, sino su forma de ser, sus inquietudes, problemas personales, etc.
El despegue de su perfil docente digital
El nacimiento de Youtube supuso en sus inicios un avance para la docencia nunca antes visto: en formato video, un profesor podía grabar una clase, una explicación, un concepto que anteriormente tenía que repetir varias veces al día, perdiendo eficiencia y tiempo a la hora de encarar los verdaderos problemas que tienen los alumnos de una clase o de, en el caso de David, una academia.
Esto también favorece la educación para los alumnos, ya que cada uno tiene un ritmo de aprendizaje distinto al resto, y esto provoca que se igualen las posibilidades y que todos puedan obtener un rendimiento académico óptimo y en igualdad de condiciones.
A pesar de considerarlo una buena idea, al principio, David no dio el paso de grabar sus videos por miedo a la vergüenza y a la crítica de su audiencia. Fue durante la crisis de 2008, cuando vivió en primera persona una reducción de los alumnos de su academia por no poder sus padres pagar la academia, lo que motivó a David a dar el paso y, para que los alumnos que no podían permitirse acceder a la academia, grababa los videos de aquellas explicaciones que daba a los alumnos que sí acudían a la academia.
Sus inicios no fueron fáciles: durante 6 meses, se formó en temas de iluminación, redes sociales, cámaras de video, edición y producción, ya que no contaba con los conocimientos necesarios para poder poner en marcha su proyecto online.
Además, sus primeros videos no resultaron como esperaba: David los define como muy “rimbombantes, petulantes, con un carácter muy serio” y, tras preguntarles a sus alumnos su opinión sobre los videos, estos le dijeron que no era él, que no lo reconocían respecto a lo que veían normalmente en las clases. Poco a poco, fue adaptando sus videos al estilo que realmente conocían sus alumnos y les había hecho ganarse su respeto y confianza.
En el tema económico, en 2 años, tras grabar alrededor de 700 videos, indicaba de manera irónica que los ingresos no le llegaron “ni para cubrir el coste de la pizarra” que utilizaba en los videos.
Pero, al tratarse de una época en la que no había tanta oferta de videos educativos como la hay ahora, el total de sus seguidores se fue multiplicando y, por ende, la complejidad de gestionar un perfil que ganaba cada vez más followers, hasta llegar a convertir a David en el referente en el mundo educativo que es hoy en día.
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